Sexo Puro
1 Sexo Puro 60:20
Música para tres voces femeninas, ensamble, trombón, 2 pianos, performance y video instalación interpretada por la Ictus Ensemble Direction: Georges-Elie Octors
Director de la actuación: Roland Dahinden
María de Alvear, Raquel Cantero, Rosario Sánchez Cruz _ voces solistas
Hildegard Kleeb _ piano solista
Roland Dahinden _ trombón solista
Filippe Ranallo, Pascal Donze, Albert Van Lancker _ trompetas
Alain Pire, Roel Smedts _ trombón
Michel Massot _ tuba
Jean-Luc Plouvier _ piano
Miguel Bernat _ percusión
Maria de Alvear, Sebastian Enrique Bendito Vallori _ visuales
Primera actuación 18/10/1998, Festival de Donaueschingen
Una producción de Südwestfunk (SWF), ahora Südwestrundfunk (SWR) Grabadora: Dorothee Schabert
Ingeniero de sonido: Ute Hesse
Nadie que haya asistido a la primera representación de Sexo Puro es probable que lo olvide. Esa tarde de octubre, el poder conciliador de esta obra, que Maria de Alvear ve como una "meditación sobre la bondad interior", chocó bruscamente con los poderes irreconciliables que a veces se reúnen en los festivales de música contemporánea. Es probable que ni siquiera el tema de la sexualidad haya perturbado tan profundamente a una parte del público del Festival de Donaueschingen de 1998, aunque rara vez se trata tan explícitamente como en esta obra. Tampoco fue la música, que en principio es muy sencilla y puede seguirse sin esfuerzo; un tipo de música que es deliberadamente accesible y no distante, que suena suave y suntuosa y a veces casi lujosa, y que nunca busca la confrontación. Con toda probabilidad, el problema era la única exigencia que María de Alvear hace en esta obra, y de hecho en toda su música: que los oyentes se dejen arrastrar incondicionalmente a lo que está sucediendo, que participen en esta celebración y no se queden fuera. Sexo Puro no es algo para ser comprendido analíticamente, sino algo para ser experimentado, para ser presenciado personalmente. Las personas que no están dispuestas a hacerlo, que prefieren permanecer a distancia porque pueden imaginar la percepción estética únicamente como un acto de mediación entre un sujeto (ellos mismos) y un objeto (la obra), y no como un acontecimiento que supera precisamente este dualismo, lo pasarán mal con Sexo Puro. Es probable que estos oyentes no entiendan el sentido de esta obra.
(Raoul Mörchen)